11 de mayo de 2011

La necesidad de una nueva mirada.

Cuando miramos, interpretamos el mundo, de esta manera lo conocemos y lo entendemos. La aceleración en los procesos de transformación del mundo que vivimos desde las dos últimas décadas, nos arrastra con tal rapidez, que dificulta la acción de mirar. A esta velocidad, parece que solo podemos ver. Si fuese así, nos encontraríamos entonces sumergidos en la incertidumbre. Si dejamos de mirar, dejaremos entonces de interpretar, de conocer, y lo que es aún peor, dejaremos de entender.
Pero, ¿es sólo una cuestión de velocidad? ¿Acaso nuestra mirada está preparada para interpretar un mundo en constante cambio? Si no lo está ¿podríamos hablar de una mirada obsoleta? Se nos presenta el reto de construir una nueva mirada, una capaz de dejar atrás la vieja mirada ya en ruinas.